Friday 26 de July, 2024

EMPRESAS Y PROTAGONISTAS | 29-06-2023 08:02

Familias patológicas y perfiles criminales

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Una sociedad conmocionada por el caso "Cecilia". La desaparición de una mujer con elementos en juego escalofriantes.

La Oficina de la Mujer difundió que en 2022 se registraron 252 víctimas letales.

Por eso la población supone que es otro caso de femicidio. "Si una mujer desaparece, un hombre la mató". Así piensa la gente.

¿Por qué alguien puede matar?

Quien asesina a otro, tiene un funcionamiento mental diferente. No digo inimputable. Digo diferente. Incomprensible.

Las personas no nacen asesinas, es en los primeros años que se construyen las bases de la mente, debiendo producirse:

1. Conciencia moral

2. Registro del otro

3. Empatía

4. Ética

5. Conciencia de la mortalidad propia/ajena

6. Interiorización de normas

Si se produce, difícilmente matemos. Si no, empieza a ser posible porque facilita la estructuración de una psicosis, perversión o patología fronteriza.

En estructuras fronterizas o perversas hay comprensión del acto criminal (además podrían sumarse rasgos psicopáticos).

Por eso debemos preguntarnos por el perfil psicológico del sospechoso.

Alguien sin conciencia moral, está regido por su propia ley. Sin registro del otro, habrá mucho egoísmo. La falta de empatía impedirá tener compasión. Y cuando hablamos de falta ética, encontramos desde influenciabilidad hasta doble moral.

Ya cuando alguien no tiene conciencia de mortalidad, hablamos de falta de angustia frente a la muerte. Y aquí, matar podría percibirse como un acto más. Si sumamos a esto falta de interiorización de normas, tendremos a alguien que no comprende que no puede hacer lo que quiera. Habrá sentido de derecho y falta de responsabilidad/remordimiento/culpa.

En la familia surgen los primeros límites/reglas.

  • Si es saludable los límites estarán definidos: rígidos entre los miembros (se respeta la individualidad/independencia de los mismos) y flexibles con el exterior (permitiendo que las normas que rigen en casa sean compatibles con las normas sociales).
  • Si es patológica los límites estarán invertidos: difusos entre los miembros (lugares de parentesco confundidos, individualidades no respetadas, funcionamiento de clan); y precisos/claros con el afuera (la cultura social no ingresa, “aquí tenemos nuestras ley”).

En el segundo caso, en los miembros coexisten dos legalidades. Y preocupa. Porque si una familia funciona así y -además- se ordena en torno a una ley familiar "antisocial", es posible que aparezca el delito.

Esto no explica por qué los hombres matan mujeres, pero explica los crímenes pasionales. En una persona sin los elementos que mencioné arriba, la necesidad de control, la falta de respeto a la individualidad/independencia, las "leyes propias", pueden despertar celos, ira y el uso de esas "otras leyes" para salirse con la suya. En familias patológicas, no debe sorprendernos que un miembro pueda delinquir, sin distinción de género.

 

Dra. Pía M. Roldán Viesti

Abogada T°92 F°959 CPACF

Psicóloga MN. 57.457

Presidente y Fundadora de EUTI

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