Realizar tratamientos de fertilidad implica una crisis vital y sufrimiento emocional ya que la búsqueda de un hijo no se da como se esperaba, imaginaba o anhelaba. Es frecuente que quienes lo atraviesan refieran transitar emociones diversas: miedo, ansiedad, tristeza, desconfianza, incertidumbre y hasta muchas veces desesperanza. Además estas personas deben enfrentarse a muchos estresores. Por un lado se deben pedir permisos laborales para las consultas y estudios de un tema que es privado e íntimo y no necesariamente se quiere informar. No es algo que implique una sola consulta, sino que son muchos pasos y varios deben realizarse en días muy específicos.
Por otro lado estos tratamientos son muy costosos y no en todos los países tienen cobertura. Esto implica muchas veces endeudamientos, pedir préstamos, renunciar a otros gastos y proyectos, conflictos en la pareja (si la hubiera) y angustia. Además en los lugares donde existe la cobertura los pacientes deben enfrentarse a la burocracia de las obras sociales, prepagas y centros de salud, que muchas veces ponen trabas, negándose a cubrir algunos conceptos, y/o demorando o dilatando respuestas para poder avanzar, incluso muchas veces requiriendo intervención de abogados con todo lo que eso implique.
Asimismo es muy habitual que las personas comiencen a encerrarse en sí mismos no queriendo compartir lo que están atravesando pudiendo esto interferir en su calidad de vida y en sus vínculos.
Todo esto conduce a un gran desgaste físico y emocional, afectando muchas áreas de la vida de los pacientes, y de esta manera deciden abandonar los tratamientos sin haber podido cumplir su deseo.
Muchas investigaciones se han realizado para entender a qué se debe el abandono de los tratamientos.
Se ha encontrado que muchos pacientes refieren padecer estrés psicólogico, otros mencionan la carga financiera involucrada en los tratamientos. Algunos consideran que el desgaste producido por el trato y un vínculo poco empático con el médico tratante es otra de las causas de abandono. En general se menciona el estrés y las presiones emocionales sostenidas en el tiempo, ya que muchas veces hay que repetir varios ciclos de tratamiento.
Muchos pacientes refieren que, a pesar de que es una decisión difícil, al decidir abandonar siente aliviar el estrés que venían transitando, aunque también aparezcan otras emociones nuevas por vivenciar.
Todo esto coincide con estudios que muestran que la tasa de depresión y ansiedad en personas que atraviesan dificultades reproductivas es mayor que en las que no las tienen.
Por todo los mencionado es muy importante visibilizar el beneficio de intervenir con terapias psicológicas especializadas que contribuyan a reducir el estrés, la ansiedad, la depresión y que otorguen herramientas para que los pacientes puedan afrontar los obstáculos y el proceso de una forma que les permita sostener los tratamientos poniendo el límite cuando ellos lo deseen y no por las consecuencias emocionales producidas por ese proceso.
Un abordaje que otorgue recursos, que asesore a los pacientes, que los acompañe, que los ayude a disminuir sus niveles de malestar, que los ayude a tomar decisiones y a resolver conflictos que van surgiendo en el camino, etc, será beneficioso para disminuir la tasa de abandono de los tratamientos. No hay tratamiento más fallido que el que no se intenta o el que se abandona en el primer obstáculo.
Dentro de todas las opciones de terapia posibles, Desde Bienestar en Fertilidad apuntamos a que los pacientes puedan transitar el proceso fortalecidos, con herramientas para afrontar los tratamientos sin tener que abandonarlos por un desgaste emocional, por afrontamiento disfuncional o por la afectación de la calidad de vida.
Lic. Cecilia Lukaszewicz y Lic. Patricia Méndez Torterolo
@bienestarenfertilidad
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