Minutos antes de la hora de la cita, llega un mensaje: “Por favor, hagamos la charla por teléfono, estos días estoy cansada de tanta pantalla”. Como todos en esta época extraña de cuarentena, Dalia Walker se ha trasladado al mundo 2.0. Tras ocho años de crecimiento constante, debió cerrar temporalmente su local “Fe”, epicentro de esoterismo y tarot, cancelar sus presentaciones en el Konex y hasta la inauguración de una obra de teatro para migrar al mundo online, donde su faceta de “witchfluencer” hizo que se saturara en poco tiempo su plataforma de clases digitales. “Así que transformamos las clases que iban a ser presenciales en vivos con Zoom, y después de una semana de prueba tenemos 300 alumnos anotados, con gente de toda Latinoamérica”, se enorgullece.
Un poco como los métodos a los que recurre Dalia, la entrevista se da entonces en un contexto casi retro. Una charla de teléfono en la que lo primero que sorprende es la frescura de su voz, que aunque se condice con sus 35 años, no tanto con sus mil facetas y la sensación de que la suya es un alma vieja en un cuerpo joven. Un alma que rescata los rituales de las velas, los cristales y las hierbas, y que cree en el tarot como llave, convirtiéndose en un referente de la mística y la brujería moderna para un público cada vez más heterogéneo.
Noticias: ¿A qué herramientas está recurriendo estos días?
Dalia Walker: La desconexión del afuera te da una conexión con el adentro, y cuando es un momento tan movilizante, el tarot sirve mucho. Es una herramienta terapéutica que ayuda a elaborar procesos. También, como estamos tanto tiempo en casa y hay tanto en juego, estoy trabajando mucho con limpiezas energéticas del espacio, con hierbas, música, cristales, velas, para mantener los ambientes vibrando alto.
Noticias: ¿Nota que la gente también recurre más a estos recursos?
Walker: Sí, para mí esta situación es como un portal dimensional. Hablaba con unas amigas de que la sensación es como cuando te subís a un avión, y no es de día ni de noche, y es como una realidad dentro de otras. A la vez, cuando salgamos nada volverá a ser igual. Todo tiene que ser diferente porque la conciencia va a haber cambiado; atravesar esto tiene sus consecuencias.
Noticias: ¿Cómo se forma un perfil como el suyo? ¿Siempre quiso ser esto?
Walker: No, esto es una cosa rarísima que va sucediendo y que me voy inventando a medida que va pasando. Estudié Realización Audiovisual y trabajé de eso muchísimos años. Todo lo esotérico era algo que me interesaba mucho y aprendía como un hobby. Pero empezó a ocupar cada vez más lugar, sobre todo después de que me hicieron una nota en la revista Ohlalá porque leía el tarot en bares, y me empezó a escribir mucha gente. Se hizo como una onda expansiva y así nació “Fe”, porque no tenía un lugar donde leer el tarot, ya que en ese bar me dijeron que era ilegal. Empezó como un juego y acá estamos.
Noticias: ¿Trabajaba en una oficina tradicional?
Walker: En “100 Bares”, la productora de Juan Campanella. Era la asistente de producción de la productora general. Y puse muchas herramientas de mi trabajo al servicio del esoterismo. Mi marido, Nico, es director, tiene un estudio de diseño y animación, y así presentamos un poco a “Fe” como la industria del entretenimiento, pero respaldado por una trayectoria e investigación muy profunda. Es un combo fuerte.
Noticias: Lo supo capitalizar, ¿diría que esa fue la clave de su éxito?
Walker: Son dos hemisferios muy diferentes. Uno es realista: la plata, la administración, los impuestos, y otro es puro aire. Oriente y Occidente. Por lo general al que puede hablar con los espíritus le cuesta la materia, una agenda, imaginate organizar una empresa. Cuanto mejores son haciendo sus cosas, menos en la realidad están.
Noticias: ¿Cuánto le costó poder vivir de esto?
Walker: Ahora que “Fe” existe hace ocho años y “Bruja Moderna” es un bestseller parece más normal, pero en ese momento era absurdo pensarlo. Cuando empecé estaba haciendo a la vez el trabajo de la productora, y la verdad es que me colgué y me terminaron echando. Me quería morir, pero me pagaron la indemnización y pensé que era mi oportunidad. Así que le pedí a Nico si me hacía el aguante con lo básico y empecé. Tardó más de lo que pensaba porque mi imaginación va muy rápido y la realidad muy lento, pero finalmente sucedió todo lo que visualizaba en unos tres años.
Noticias: ¿Cómo llegó a escribir dos libros?
Walker: Cuando arranqué en “Fe” hacía todo, desde barrer y vender, a leer el tarot. Después de seis años de eso, aprendí mucho lo que la gente estaba queriendo saber, porque en un punto me preguntaban siempre lo mismo. Y pensé cómo podía hacer para que eso que repetía como un loro la gente pudiera leerlo. Así que empecé un blog de “Fe”, y luego pensé que tenía que ser un libro. Le acerqué la propuesta a Monoblock, vecino de la galería Patio del Liceo, y me dijeron que sí. Súper en libertad empezó a nacer “Bruja Moderna”, y fue muy especial porque lo escribí con mi hija en la panza y lo terminé de escribir con ella en mis brazos, dándole la teta. Fueron como dos partos.
Noticias: ¿La sorprendió el éxito? Fue un bestseller de inmediato.
Walker: Fue una locura. Siempre pensé que ser madre me iba a imposibilitar de trabajar, que iba a estar encerrada en mi casa solamente cambiando pañales, y aunque eso pasó, también volqué la energía creativa que me atravesó en el libro. Ya van 18.000 ejemplares editados y hay más en carpeta. El segundo libro fue con Penguin Random House. Me vinieron a buscar cuando “Bruja…” todavía no había salido y nadie sabía de su existencia. Y cuando les conté, quisieron explorar qué más tenía. Y aunque estoy escribiendo una novela hace unos años, también tenía unos apuntes para la escuela que se transformaron en este que es un libro vivo, porque es producto de las clases, con las inquietudes de los alumnos.
Noticias: Hace el podcast de charlas femeninas “Concha” junto a Jimena Outeiro y Laura Passalacqua. ¿Qué temas resonaron más?
Walker: El tercer episodio, “Monógamas”, es el más escuchado. Así que se ve que el tema de las relaciones abiertas y la monogamia es algo que a la gente le está rebotando en la cabeza. Otro que también gustó mucho fue “Loca”, donde hablamos sobre animarse a pedir ayuda psiquiátrica y “Pajera”, donde hablamos de la masturbación femenina. No creo que hayamos roto con todo, pero agarramos un tema y lo bajamos a la vida en el momento en el que tenía que ser. Fue una buena puerta de entrada. En ese momento hablar de monogamia o masturbación femenina o poner la palabra “concha” en el título era algo fuerte y distinto.
Noticias: ¿Buscan que los temas sean rupturistas o es solo lo que les interesa?
Walker: No, son cosas que hablamos nosotras. Solo hay un minibrainstorming, pero no preparación, es lo que sale y es muy orgánico. Las tres somos muy diferentes, y es parte de la dinámica. Las chicas estudiaban astrología en “Fe” y cuando salían nos íbamos a tomar una birra. Íbamos a las barras y nos sentábamos a hablar y nos dábamos cuentas de que a veces los bartenders se quedaban escuchando. En un momento después de tanto hablar pensamos en hacer un podcast.
Noticias: ¿Qué le debe la bruja moderna al feminismo?
Walker: Tengo mucho cuidado de no llamarme feminista, porque el feminismo hoy parece un club al que hay que pertenecer, cumpliendo ciertas condiciones. Bruja moderna es justamente vivir como se te cante. No me gustan las reglas impuestas. Si bien hay cosas que tienen que ser de ciertas maneras porque son reglas universales y cósmicas, dentro de eso promuevo la libertad. La religión de bruja moderna es que no hay religión, porque son todas. Yo creo en todo, porque Dios es todo, como todos los caminos conducen a Roma. Las brujas a través de los años fueron las feministas, que siempre están luchando por sus derechos, por su lugar en el mundo, por competir con su propia sabiduría. Entonces la bruja moderna no le debe nada al feminismo y al mismo tiempo le debe todo. Es una de las manifestaciones del feminismo poder expresarte como bruja.
Noticias: ¿Qué sueña para su carrera?
Walker: Mi carrera es muy mutante. Se venía un año muy performático, me habían propuesto hacer un ciclo de conferencias en el Konex, “Concha” tenía su presentación para 600 personas agotada, teníamos una gira en Rosario, iba a hacer una obra con Juan Sklar… Así que creo que se viene algo de performer, que me parece una forma de comunicar buenísima. También tengo muchas ganas de terminar mi novela. La gente piensa que en cuarentena hay más tiempo, ¡pero nunca estuve más ocupada en mi vida! Tal vez cuando termine me encuentre con la fuerza y la visión para completarla.
Fotos: gentileza: Camila Fortunato, Nicolás Silbert y Vale Martins
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