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PERSONAJES | 27-10-2023 06:11

Hernán Cuevas: “Con la visibilidad, viene el respeto”

Compitió en el rubro revelación a los Premios Cóndor por su actuación en “División Palermo” y dirige y escribe sus propias obras.

Está por terminar el año 2003 y en un programa de televisión eligen al “Míster Chongo". Mike, el presentador, será el anfitrión de cinco participantes que harán lo que sea para ser coronados. Sobre el escenario, no sólo se verá lo que sucede en el estudio sino también lo que pasa detrás de cámara. Ese revés de la trama se transformará en la mirilla para espiar el potencial y las debilidades de cada aspirante. Hernán Cuevas, que además de interpretar a Mike es el director y dramaturgo de “Chongos”, una obra con la que volverá en noviembre al Teatro Picadilly y después hará temporada de verano en la costa, dispara una pregunta: ¿qué harías para alcanzar tus sueños? 

Noticias: ¿Y qué hizo usted para lograr los suyos?

Hernán Cuevas: Yo creo que en mi particularidad, al ser de talla baja, es muy difícil ser considerado un actor serio y no ser tomado para la humillación. Entonces muchas veces tuve que aceptar algunos papeles que no me hacían feliz, no me hacían bien ni psicológicamente ni emocionalmente ni a nivel actoral. Pero sabía que con eso iba a tener otra visibilidad.

Noticias: ¿Qué porcentaje de veces tuvo que hacer esas concesiones?

Cuevas: Te diría que el 20% de todos mis trabajos habrá sido humillante. Ojalá siga disminuyendo esa proporción. Al tomar la iniciativa desde la dirección y desde la dramaturgia, elegí los papeles que yo quería hacer porque sabía que de otra forma no iba a poder. 

Noticias: ¿Cuál fue su primer papel profesional?

Cuevas: Mi primer trabajo como actor fue en “La vida es sueño”, en el Teatro San Martín. Fue un suceso teatral enorme, estuvo dos años. Era un elenco tremendo, Furriel (Joaquín), Muriel Santana, Patricio Contreras, y en medio estaba yo. El director tuvo una visión muy particular de las oligarquías de esa época, con criados de talla baja para ser más exclusivos, y quiso un actor de talla baja. Cuando terminó eso, yo podía quedarme en dos estados: o sentarme y esperar las próximas propuestas teatrales o seguir estudiando porque yo quería más. 

Eligió la segunda. Dice que un artista debe ser ambicioso y curioso, que tiene que huir de la zona de confort. “La mayoría de los proyectos que escribo son por mis curiosidades al límite de la locura, porque necesito saber todo de todo, ver todas las caras de la moneda”, dice. 

Noticias: ¿Cómo siguió?

Cuevas: Después, me salió un musical en el Margarita Xirgu. Luego me llamo Roberto Peloni, para algo que él dirigía. Pero muchas veces el teatro independiente no da para cubrir todos los gastos y busqué un trabajo que no fuera por el lado artístico. Así que fui telemarketer, en el servicio de urgencias y reclamos de AySA, recibía muchos insultos. Estuve casi dos años. Tuve que dejar la facultad (UNA), cosa que me dolió pero también, por otro lado, dejé de ir porque con la experiencia que tenía -con las cuatro obras que ya había hecho, me habían llamado del INCAA para hacer “Historias breves”, había hecho un bolo en televisión-, sentí que había ganado suficiente práctica y que quería ir a otros lugares de aprendizaje y buscar cosas que me ayudaran a aprender y que me calmaran la curiosidad.

Noticias: ¿Así fue que empezó a escribir sus propios textos?

Cuevas: Sí, la dirección y la dramaturgia la hago desde una necesidad de contar ciertas historias.

Noticias: ¿Qué historias le interesa contar?

Cuevas: Me gustan las obras en donde el personaje tiene una doble cara, donde no todo es lo que parece, donde podemos compartir con el espectador ese cambio, y que la gente se vaya siempre con una pregunta. Yo no hago teatro para decir verdad, hago teatro para hacer preguntas.

Otra de sus obras es “Violeta no se hunde”, inspirada en la vida de una enfermera argentina que estuvo en el Titanic y que no sólo sobrevivió a ese hundimiento, sino a otros dos accidentes de barco, a la tuberculosis y a una fractura de cráneo. Murió de vieja. “Entonces yo le preguntaba al público: ´¿Tuvo mucha suerte o fue mufa?´ Porque podemos verla como una sobreviviente a la que le tocaron todas o como alguien que si estaba, pasaban cosas”, asegura.  

Noticias: ¿Usted se siente un sobreviviente?

Cuevas: Sí, sí. Primero porque vivo en Argentina (risas). Segundo porque pertenezco a una minoría y esta es la única discapacidad de la cual la gente se burla todavía. A una persona ciega la ayudás o te corrés. Con una persona de talla baja, todavía existe el codazo. Tengo la dicha de haber sido parte de “División Palermo” y ahora ya no soy el codazo para decir “mirá qué bajo” sino que aparece el codazo porque me reconocen. 

De algún modo ese fue su objetivo desde siempre, convertir en positiva la mirada social que sentía por su acondroplasia. “El día que yo me muera quiero irme sabiendo que fui actor, que hice lo que quise y que, si bien me costó, pude llegar a revertir un poco esta mirada externa. Si puede ayudar un poquito a eso, estoy hecho”, confiesa. Forma versus fondo, de eso se trata la pelea constante de Cuevas. Como que ahí donde lo que primero se ve es la forma, él apuesta por mostrar y desplegar el fondo de su personalidad. 

Noticias: Su mamá tiene la misma condición física que usted y fue la primera en su familia. Seguramente le tocaron tiempos más difíciles. 

Cuevas: Sí, mi mamá y yo somos las dos únicas personas en mi familia con acondroplasia. Mi mamá tenía muchos primos de su edad y si algún gil se burlaba de ella cuando salían, le bancaban la parada. Fue respaldada por sus primos y eso le dio la fuerza para después ser ella quien hiciera que respetaran sus derechos.

Noticias: ¿Ese destrato social le generó bronca?

Cuevas: Mirá, no me generaba impotencia porque tengo una voz y digo las cosas como las siento. El hecho de ser actor me condicionó mucho más a que mi poder sea la palabra, a que mi pelea sea la palabra, a decir “allá vos con tu insulto, con tu agresión banal y humillante, yo tengo palabras que superan eso”.

Noticias: La actuación permite convertirse en cualquier cosa. Pero por otro lado, trabaja con el cuerpo y hay physiques du rol, ¿cómo articula esas cuestiones?

Cuevas: A ver… yo nací con una condición física distinta al resto y yo vivo y viviré con eso toda mi vida. No tengo la mirada del promedio. Mi infancia fue en medio del menemismo, era una época de mucho cotillón. Y mi adolescencia fue en el mundo Cris Morena, un mundo mágico, ya sabiendo yo que era distinto y que no me podía ver reflejado en nada. Entonces, con 11 o 12 años, me gustaba mirar “Tiempo final”, porque quería ver actuar a Brandoni y Norma Aleandro o Ulises Dumont. Y mi mamá me dejaba porque sabía que me gustaba la actuación. Esa apertura invisible que me dieron mi mamá y mi abuela de decir: “Estamos atrás tuyo, caminá tranquilo, está todo bien”, muchos no la tuvieron y yo voy a estar eternamente agradecido.

Noticias: Hablamos de los prejuicios sociales, ¿cuál es el suyo?

Cuevas: Creo que soy un gran juez mío, al verme en mi trabajo. Soy muy prejuicioso conmigo, pero no lo hago con maldad hacia mí sino que me planteo si es eso lo que yo estoy tratando de demostrar, de dar, de decir. Así como a la hora de hacer un texto, hago preguntas; también me las hago al verme. A mis 4 o 5 años, mi abuelo me dijo: “La sociedad te va a discriminar, te van a burlar, vos no le des pelota”, y yo siento que en mí hay mucho de ese nene todavía. Hoy con 33, trato de seguir en esa inocencia y por eso mi prejuicio más grande es conmigo mismo para saber si todavía, cuando me veo, ese nene de cuatro años sigue estando ahí. 

Noticias: Estuvo nominado a los Premios Cóndor como revelación masculina por su trabajo en “División Palermo”. ¿Qué significa esa serie en su carrera?

Cuevas: Es un premio. Cuando vivís en un país que tiene tan limitado la producción audiovisual, cuando sos parte de una minoría, cuando tenés una condición física particular y en base a todo eso tenés un trabajo, lo considero un premio, porque hay un trabajo de 13 años para llegar acá. 

Noticias: ¿Es más difícil ser fiel a los valores cuando se logra mayor llegada y pertenencia a los medios?

Cuevas: No, creo que con la visibilidad viene algo mucho más importante que es el respeto. Y cuando conseguís el respeto, podés conseguir mayor palabra. Yo voy más por esa situación, por ser todavía más consciente y tener aún más los pies sobre el piso. 

Noticias: La serie muestra la discapacidad desde otro lugar, ¿no?

Cuevas: Yo crecí en una época en la que no había nadie de talla baja en la tele, no había otras discapacidades puestas en la tele diaria. Entonces que venga algo como “División Palermo” y ser parte de eso, es un premio. 

Noticias: Mueve lo políticamente correcto.

Cuevas: Mirá, cuando se estrenó “Esperando la carroza”, en el ´85, las críticas decían cómo nos vamos a burlar de los viejos, de la tercera edad, de la muerte; era una sociedad saliendo de la dictadura. Y hoy para mí, “Esperando la carroza” es la mejor película argentina. Si “División Palermo” se hubiera estrenado hace veinte años, no hubiese tenido la recepción que tuvo.

Noticias: Es probable que no hubiéramos entendido varias cosas.

Cuevas: Hubiéramos entendido el mensaje al revés. 

 

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Valeria García Testa

Valeria García Testa

Periodista.

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