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POLíTICA | 10-01-2019 12:07

Guillermo Dietrich: el cruzado todo terreno de Macri en Transporte

El ministro pone la cara por el ajuste y ejecuta la obra pública del año electoral. Confianza con Macri y denuncias.

Guillermo Javier Dietrich no se tomó vacaciones como el resto del gabinete. El ministro de Transporte y ex CEO del Grupo Dietrich, una de las mayores redes de concesionarias de autos de la Argentina, pasó la Navidad en Punta del Este con su familia, volvió a Buenos Aires, anunció que las tarifas de los transportes públicos del área metropolitana aumentan en 2019 un promedio del 38%, por encima de la meta presupuestaria del 23%, y 24 horas después, retornó a la ciudad balnearia uruguaya pero sólo para despedir 2018. Llegó en un vuelo de Flybondi, la low cost que autorizó a volar en 2017.

Dietrich es un habitué de Punta. El 29 diciembre, cerca de las 21.30, el cronista enviado de esta revista reconoció al funcionario, quien venía haciendo running y se detuvo a preguntar qué era el evento del restaurant The Good Life Cipriani Style, en la parada 11 de La Brava. El fotógrafo lo siguió hasta adelantársele a Dietrich, quien al verlo giró y se fue corriendo por una calle interna.

Camino a La Barra, el reportero gráfico se apostó en una parada de colectivos. Eran las 21.44 cuando interceptó a Dietrich, disparó su cámara, tropezó con un fierro en el piso y cayó. El ministro detuvo su marcha: “¿Estás bien?”. Cuando lo vio levantarse, su cara cambió: “¡Den un poco de libertad!”. Antes corría triatlones, incluido un Ironman, pero ahora afronta asuntos más exigentes.

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Economista de 49 años, graduado en la Universidad Católica Argentina (UCA) y con un MBA en el IAE, la escuela de negocios de la Universidad Austral (vinculada al Opus Dei), se ha ganado la confianza de Mauricio Macri. Resistió la reducción de 20 a 10 ministerios en 2018. Pese a dirigir lo que antes siempre fue una secretaría, terminó quedándose con el sexto ministerio con más caja, unos $ 100.000 millones presupuestados para este año electoral, mientras desaparecían carteras tradicionales como Trabajo y Salud. “El tipo tiene a cargo obras que van a ser caballito de batalla de la campaña”, cuentan en off en el gabinete.

En todo. La agenda de Dietrich es amplia: tarifazos, “revolución de los aviones”, ajuste y conflicto sindical en Aerolíneas Argentinas, Flybondi con sus incidentes de seguridad, su futuro gremio low cost y sus vínculos con Cambiemos, la causa judicial sobre la venta de Macri Airlines (Macair) a la colombiana Avianca, la ralentización de obras viales y de la construcción de autopistas con la participación público-privada (PPP), recuperación de trenes de carga, mejoramientos de los de pasajeros, dos viaductos de ferrocarriles en la ciudad de Buenos Aires, ampliación de aeropuertos, licitación del puerto porteño y presunto rol en la recaudación de campaña.

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“Mal que nos pese, Dietrich es un gran ejecutor y soldado de Macri, hace lo que le pide, pone la cara por el ajuste”, opina un jugador del sector aeronáutico. El 27 de diciembre fue vocero del tarifazo y evitó que esa mala noticia sea asumida por Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, que a partir de 2019 se hicieron cargo del transporte.

“Tenemos que arreglar los descalabros del kirchnerismo, que nos dijo que todo era gratis”, justificó Dietrich el incremento. Pero cuando Cambiemos apostaba al gradualismo se abstuvo de elevar las tarifas en un 2017 en el que su amigo e introductor en la política, Esteban Bullrich, debía vencer en las elecciones legislativas a Cristina Kirchner. Ahora hay comicios más cruciales, pero bajo la intervención del FMI. Atrás quedó la promesa del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, de que los servicios públicos no se encarecerían este año por encima de la inflación.

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Precisamente con Dujovne, Dietrich mantuvo roces por los PPP. El jefe de Hacienda se convirtió en un crítico de la insistencia del ministro de Transporte de emprender los seis corredores viales licitados en 2018 bajo ese régimen, pese a las dificultades para financiarlos por las crisis financiera y de los cuadernos, que manchó a muchos constructores.

En junio pasado, el periodista Carlos Pagni, que antes conducía su programa televisivo con Dujovne, escribió sobre Dietrich: “El oficialismo supone que la tormenta ha sido superada. Se advirtió en la reunión de gabinete celebrada anteayer. Comenzó con una despreocupada autocelebración de Dietrich, quien sacó de su canasta de minucias un ramo de brotes verdes para alegrar al Presidente: desde mínimos avances en infraestructura hasta la decisión de una low cost de volar durante el paro general.

Conciente de que su optimismo puede resultar empagalogoso, Dietrich suplicó: ‘Cualquier cosa, Marcos (Peña), parame, ¿eh?”. Un ministro hiperrealista bromeó con un colega: ‘Guillo es envidiable. Está dichoso de comprar el buzón que vende’”. Un ex ministro PRO lo define: “Extrovertido, un personaje que arenga. Le da bola a la comunicación y el coaching”.

Su historia. Casado con Javiera Álvarez Echagüe, de familia peronista, y padre de dos hijos, Guillermo (17) y Hans (12), el funcionario comenzó a trabajar en la empresa que en 1964 fundó su padre, Guillermo Ricardo Dietrich, actual vicepresidente segundo de la Cámara Argentina de Comercio (CAC). También inició negocios en tecnología y el sector automotor.

Cuando llegó a ministro de Transporte en 2015, aún contaba con acciones en Armoraut, del Grupo Dietrich, y en Serviaut, licenciatario de la firma de alquiler de autos Localiza. Pero las vendió. Ni entonces ni ahora ha tenido inmuebles o inversiones declaradas en el extranjero, a diferencia de muchos otros ministros. Es el séptimo con mayor patrimonio, con $ 6,6 millones en 2017.

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Cuenta con cinco propiedades, tres de ellas en alquiler. En una vive y otra es una casa de fin de semana en un country de Pilar. Hasta allí lo acercó una vez Macri en su helicóptero presidencial, lo que desató un escándalo en torno de un ministro que anda en bicicleta plegable por las bicisendas que con éxito desplegó cuando era subsecretario de Transporte porteño.

En 2008, el año del conflicto del campo, Dietrich empezó a meterse en política al fundar con Bullrich un grupo llamado G25, sin personería jurídica, que se apoyaría en una fundación creada dos años después, Formar, ahora rebautizada Compromiso por lo Público. Al igual que Macri hizo con su padre, Dietrich dejó la empresa familiar y se fue a la política. En 2009 asumió al frente del Transporte porteño. Llegó apadrinado por Bullrich y recibió el apoyo de Rodríguez Larreta. Con el tiempo se fue ganando la confianza del entonces jefe de Gobierno porteño y actual Presidente.

Un operador del PRO encuentra tres motivos: “Primero, hizo el Metrobús, que fue la obra estelar de la campaña de 2015; segundo, porque su esposa se hizo amiga de Juliana Awada; y tercero, porque es un gran recaudador de campaña”. Este operador participó de aquel proceso en 2015 y cuenta que conoce al menos cinco empresarios que recibieron pedidos de plata de Dietrich, “siempre para la corona”. Otro de los recaudadores lo confirma: “Organizaba desayunos con gente de su entorno social, no con grandes empresarios… Tampoco era muy exitoso en la recaudación”. Un poderoso constructor agrega: “Era uno de los muchos que venían a hablar para que apoyaras al PRO”.

Dietrich niega su participación en la recaudación. Capítulo aparte ocupan los fondos recolectados por la fundación que él presidía (ver recuadro).

Rodríguez Larreta y el empresario y amigo del Presidente Nicolás Caputo impulsaron el ascenso de Dietrich a la Nación. Tan poderoso se convirtió el ministro de Transporte que colocó su gente en los territorios porteño y bonaerense. En la ciudad, a “Juanjo” Méndez y en la provincia, a Mariano Campos, recientemente reemplazado por Fernando Riavec.

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“Dietrich es un tipo con mucho empuje, pero a veces medio irracional”, comenta el poderoso constructor. “Recorre el país visitando obras. Nunca pide coima. Pero insistía con las obras PPP, cuando en el resto del gabinete le decían que las ralentizara por la situación financiera. Cuando fue la devaluación de 2018 y el asfalto subió más que los índices de actualización de las obras, amenazaba con aplicar multas a las constructoras que frenaran las rutas. Al final las obras viales están paradas. Va a terminar haciendo menos que los K.  En trenes de carga va a hacer más porque comenzó a ejecutarse el crédito chino que los K habían conseguido para el Belgrano. Dietrich se ufanaba de hacer bajado mucho los precios de las licitaciones, pero quizá los que ofrecieron tan bajos precios, como Manuel Santos Uribelarrea, terminen sin poder completar las obras. Hubo pocas licitaciones: en 2016 arreglaron contratos heredados, en 2017 licitaron mucho, pero en 2018 llegó la crisis”, describe el empresario.

A volar. Dietrich destaca su éxito en el ámbito aéreo. “Se pudo crecer en menos de tres años un 40% en la cantidad de pasajeros”, dijo en octubre pasado al recibir un premio en el ALTA Airline Leaders Forum. Dietrich dedicó el galardón a quien considera su “maestro” en la materia, Gustavo Lopetegui, ex CEO de LAN Argentina y que como vicejefe de Gabinete tenía prohibido por ley inmiscuirse en la política aerocomercial. El ministro alega que le enseñó cuando preparaban el programa de gobierno, en 2014 y 2015.

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Dietrich permitió que comenzaran vuelos de cabotaje de Flybondi -registrada como sociedad británica-, Avianca, Norwegian -de Noruega- y la local LASA, que dejó de volar al mes de despegar por el aumento del combustible, fruto de la devaluación. También por la depreciación del peso entró en crisis Andes, que anunció un ajuste de 40% de sus gastos, incluido el de personal.

Es la misma crisis que afecta a Aerolíneas, que en 2018 desandó el camino de reducción de subsidios iniciado en 2016. El ajuste ha llegado en diciembre a Flybondi, de fuerte expansión el año pasado, y dejó su cargo de CEO el anglosuizo Julian Cook, para quedarse con la vicepresidencia del directorio. Son frecuentes los reportes en redes sociales sobre incidentes en sus aviones, como uno del 28 de diciembre con una goma reventada.

Flybondi y Avianca, que ha crecido más lento de lo esperado, siguen enfrentando la causa que analiza su llegada al mercado, en manos del juez Sergio Torres. En el caso de la low cost local propiedad de una sociedad británica se investiga a uno de sus accionistas, el francés Richard Gluzman, ex socio del ex vicejefe de Gabinete Mario Quintana en el fondo Pegasus y que fue director en la Autoridad Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) entre 2016 y 2017. También se investiga la concesión de rutas a Avianca tras comprar Macair.

“Macair valía cero y la vendieron a 10 millones de dólares”, dispara el jefe de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Pablo Biró. “A Avianca le dieron rutas como también se las dieron a todos”, defiende al ministro Fernando Dozo, profesor del Instituto de Derecho Aeronático.

“A Dietrich le ha ido bien: nadie puede negar que el mercado aéreo creció, incluida Aerolíneas”, sostiene Dozo. “Los gremios se quejan porque se les viene la noche cuando hagan convenios colectivos por empresa”, completa Dozo, que valora a Flybondi, aunque la ve menos cuidadosa que Aerolíneas en seguridad.

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Biró, en cambio, advierte: “Dietrich es Jaime”, en referencia al encarcelado secretario de Transporte K. “Los procesos corruptos como la falta de control de la seguridad aérea van a causar una catástrofe que pondrá a Dietrich como vecino de Jaime”, alerta. Biró denunció en diciembre ante la justicia a Dietrich por tener como mano derecha y supuestamente sin contrato a Pedro Sorop, que comparte una compañía en Panamá con el CEO de Despegar, Damián Scokin. El ministro responde que Sorop está contratado por un ente de su cartera y que la sociedad con su ex cuñado Scokin "está sin movimiento".

La yapa. Otro asunto que amenaza a Dietrich es la renegociación en junio pasado del contrato con Autopistas del Sol (Ausol), concesionaria del Acceso Norte y propiedad de Abertis (del español Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, y la familia italiana Benetton) y donde los hermanos, hijos y sobrinos de Macri tenían el 7% hasta 2017, cuando lo vendieron tras un tarifazo. El ministro le extendió el contrato hasta 2030 con una “compensación” por inversiones previas por un monto en dólares, unos 499 millones, con intereses anuales del 8%. Serán abonadas con los peajes.

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A cambio, Pérez dio de baja una demanda en el Ciadi que inició el 7 de diciembre de 2015, tres días antes de iniciarse el gobierno de Cambiemos, por la interrupción del contrato de la convertibilidad en la crisis de 2002. El coordinador del Comité Nacional de Defensa del Usuario Vial (Conaduv), Ricardo Lasca, que viene denunciando los peajes desde los 90 y el kirchnerismo, presentará una denuncia en los próximas semanas contra Dietrich. Prevé citar como testigo a Julieta Ripoli, abogada que denunció persecusión laboral y cesantía sin sumario en la Dirección Nacional de Vialidad y que cuenta que a principios de 2017 un abogado que representaba a Ausol le dictaba cómo debía ser el contrato que finalmente se selló al año siguiente.

Dietrich niega irregularidades: “Había una demanda en el Ciadi por 3.000 millones de dólares. Ese juicio fue desistido. Y ahora hay un plan de obras muy agresivo”. Por lo pronto, quien renunció en 2017 antes de dictaminar sobre el tarifazo de Ausol y las rutas a Avianca fue el primer procurador del Tesoro macrista, Carlos Balbín. Objetaba medidas de Dietrich, el boy scout de Macri.

 

Por Alejandro Rebossio y Pablo Berisso (desde Punta del Este)

por Pablo Berisso, Alejandro Rebossio

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