“¡Doc, me ghostearon!”. Recuerdo la primera vez que escuché esa frase. Una paciente miraba su celular desanimada. Veníamos hablando de un chico que le gustaba pero “desaparecía” y sin explicación le “clavaba el visto”. A eso se le llama “ghosting” y viene de “ghost”, que en inglés significa fantasma. Es decir, describe a alguien que “fantasmea”.
En la actualidad el “ghosting” está de moda, pero no es algo solo de esta época. Lo que pasa es que en la era digital está potenciado por la inmediatez en las comunicaciones, la falta de compromiso en las relaciones y el anonimato detrás de una pantalla que facilitan estas escapadas sin explicación.
El “ghosteo” se da mayoritariamente en relaciones poco sólidas, de cualquier género y edad, y se presenta de dos formas:
- Ghosting abrupto: sucede de un momento para el otro, dejándote de responder por que sí o bloqueándote sin previo aviso.
- Ghosting paulatino: se va dando a través de pequeñas acciones, como no iniciar la conversación, evadirte o responder cada vez más espaciadamente hasta que la relación se enfría y se desvanece.
De cualquier modo, sufrir de ghosteo produce malestar porque nuestras expectativas e ilusiones se rompen cuando la otra persona desaparece. No sólo nos afecta la autoestima y provoca dependencia emocional, sino que también podemos desarrollar ansiedad y conductas obsesivas, tales como estar muy pendientes del teléfono o preguntarnos continuamente si hicimos algo mal.
Mi paciente me preguntó: “¿Quién es el fantasma? Hay quienes juegan “desapareciendo” para manipular emocionalmente, sentirse superiores o para seducir. En el otro extremo, quienes se sienten inferiores, por timidez o por miedo al compromiso. Incluso hay quienes son fantasmas sin darse ni cuenta.
En la mayoría de los casos, se trata de personas inmaduras psicológicamente o con poca inteligencia emocional porque carecen de habilidades sociales y de empatía.
Por eso, si te ghostean lo mejor que podes hacer es dejar al “fantasma” con su problema para cuidar tu autoestima y salud mental. Si por el contrario, tiendes a “ghostear” en algún momento, quizás es una buena oportunidad para reflexionar al respecto.
Recordá: todos tienen el derecho a romper una relación, cualquiera sea el motivo, pero es más saludable hacerse cargo de esa decisión.
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por CEDOC
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