Friday 19 de April, 2024

NOTICIAS URUGUAY | 11-12-2019 20:27

El Uruguay de Lacalle

De un triunfo ajustado que nadie esperaba a los deberes que le esperan al próximo presidente. Trabajadores y empresarios esperan ver qué propone y la economía urge.

Si Luis Alberto Aparicio Alejandro Lacalle Pou fuera un hombre cabalista, el lunes 25 le hubiera jugado al 28.666 a la quiniela. Porque es la distancia de votos que le permitió derrotar a Daniel Martínez en la segunda vuelta, cuando en la mañana del lunes 25 todavía quedaban por contar unos 35.229 votos observados, que no torcerían el destino.

Pero no lo es. Sí es un hombre metódico y muy organizado, tanto que desde 2017 tiene una app en su celular que contaba cuántos días (horas y minutos) faltaban para las elecciones internas de 2019, para el 27 de octubre, para el 24 de noviembre y para el 1° de marzo de 2020. Antes de bajarse esa app, simplemente iba tachando los días en una cartelera en su despacho como diputado. Ya como senador apeló a la aplicación en el celular y un día clave era el del balotaje. Estaba convencido de resultar vencedor y la espera hacia el 1° de marzo sólo sería cosa de matizar la ansiedad.

El lunes 25 de noviembre, con el resultado parcial de 48,7% de los votos escrutados a su favor contra 47,5% para Martínez, ni miró la app (que en el momento de salir esta revista a los kioscos decía que faltaban 92 días para comenzar su mandato, y ya dejó atrás las internas, la primera y la segunda vuelta). Lacalle debió cancelar sus otros planes: tener reuniones con sus allegados a las 9 de la mañana o reunirse con el presidente de la República a las 15 horas del lunes 25 para dar comienzo formal a la transición de gobierno. Dado que el ex intendente de Montevideo no aceptó la derrota en la noche del domingo 24, la reunión con Vázquez no tenía más remedio que ser pospuesta.

Lacalle presidente 111219

NOTICIAS estuvo en el sector Todos (en Bulevar Artigas y Chaná) la tarde y la noche del 24 de noviembre. Antes de las 20.30 todo era paz, satisfacción y cierto exitismo que costaba disimular. “Estamos tranquilos, esperanzados y muy optimistas, pero ojo, eso no quiere decir exitistas. El partido no está ganado”, decía el senador electo Álvaro Delgado -figura clave del próximo gobierno- intentando camuflar sus verdaderas sensaciones. Todas las caras de dirigentes nacionalistas eran de alegría, optimismo y algo de ansiedad. Querían terminar la ceremonia temprano. “A las 22 habla Luis. Quiere terminar temprano porque al otro día quiere arrancar”, habían dicho allegados a esta revista el sábado 23.

A las 20.30 en la planta alta del local de Todos empezó un conteo que acompañaba el de la pantalla de Teledoce: 5, 4, 3, 2, 1... y los más altos dirigentes políticos nacionalistas explotaron en un grito cuando la pantalla led tenía el mensaje “Lacalle Pou presidente electo”. Pero no pasó un minuto cuando la euforia fue dando paso a un murmullo generalizado.

¿Qué pasó con los famosos 7 u 8 puntos de diferencia? Cifra -con Mariana Pomiés a la cabeza- decía que el blanco había ganado apenas por 3 puntos. Y el paso de los minutos fue permitiendo que todas las encuestadoras: Cifra, Factum y Opción -como las principales destacadas en TV- fueran revisando y ajustando sus números y porcentajes, hasta llegar a una paridad absoluta: 48,2% para cada uno decía Factum en TNU y con Oscar Bottinelli en el estudio del canal estatal. En TV Ciudad, incluso, daban ganador a Martínez: 48,4% contra 47,5% decía el canal municipal tomando como cierta la información de La Diaria Datos antes de las 21.

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Fue curioso: en el búnker del Partido Nacional se celebró mucho más -con más griterío y euforia- la noche del 27 de junio cuando la fórmula blanca resultó segunda -casi 10 puntos atrás de la frentista-, que en la noche del 24 de noviembre, cuando absolutamente todos esperaban una diferencia mayor y rotunda, y no un empate técnico que ningún encuestador se vio venir.

Pasaron las horas y después de las 23 se vio a Daniel Martínez subir al escenario de 18 y Yaguarón saltando y agitando sus brazos en clara actitud triunfante. Atrás lo siguió Graciela Villar y casi todos los líderes frentistas, con la llamativa ausencia de José Mujica y su esposa Lucía Topolansky. Martínez no asumió la derrota, agradeció a la militancia frenteamplista por el “batacazo” y tiró una frase que fue zócalos en la TV y título de portales: “Intentaron enterrarnos, ¡lo que no sabían era que somos semillas!”, gritó Martínez, repitiendo una frase que alguien le había pasado por Whatsapp.

Recién sobre la medianoche, y lejos de los planes iniciales de Lacalle Pou, el candidato blanco subió al escenario, después del turno de Edgardo Novick, Pablo Mieres, Ernesto Talvi y Guido Manini (el hombre de la discordia por su video a militares pidiéndoles que no voten a la izquierda, al borde de la veda). Lacalle Pou se lamentó por no haber recibido un llamado del candidato oficialista reconociendo la derrota, pero aclaró que sí recibió un llamado del presidente Vázquez: “Como el candidato del gobierno no reconoció la derrota, tanto el presidente como nosotros nos vamos a atener a lo que diga la Corte en los próximos días”, dijo. “Vuelvan a sus casas con cuidado, con alegría mesurada. Nos vemos en una semana para confirmar esto”, dijo el retador, quien unos minutos antes, se supo ganador. “Tenemos la convicción de que el 1° de marzo asume un gobierno multicolor. Formalmente lo sabremos en pocos días. Nosotros lo sabemos, todos lo sabemos” enfatizó.

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Se había puesto fría la noche del 24 pasada la medianoche y la gente se fue a dormir sin tener un presidente electo, por más que desde la mañana del lunes 25 ya todos los politólogos decían que había ganado Lacalle, porque la diferencia era indescontable. Apenas necesitaba 2.615 votos en 35.000. Martínez debía obtener el 92% de los sufragios para resultar vencedor. Un porcentaje quimérico, improbable, considerando que los observados a su favor en octubre fueron el 27%.

Mientras el martes 26 a las 15 horas la Corte Electoral se aprontaba a contar nuevamente los votos y sumar, esta vez, los observados, en la prensa empezaron a filtrarse algunas ideas de ministros del próximo gabinete, que se sumaban a los tres confirmados inicialmente: Azucena Arbeleche (Economía), Pablo Bartol (Mides) y Pablo Da Silveira (MEC). Incluso llegó a especularse con Richard Read como una posibilidad en el Ministerio de Trabajo.

A todo esto, en el Frente Amplio nadie tenía ni el más mínimo atisbo de qué sería de Daniel Martínez tras las elecciones, quien de todos modos, prometió ir personalmente a saludar a Lacalle cuando fuera oficializado por la Corte Electoral que resultó ser el próximo presidente de la República. “Siempre respetamos la voz del pueblo. Lo correcto es esperar los resultados de la Corte Electoral. Sea cual sea va a existir un diálogo con @LuisLacallePou, así lo exige nuestra rica tradición democrática”, tuiteó el lunes 25.

Y no fueron pocos los que criticaron -encendidamente desde el FA, más tibiamente desde otros aliados en la coalición "multicolor"- el video destinado a los militares de Guido Manini Ríos- y el artículo de la revista Nación de la Cooperativa de Ahorro y Crédito de los Oficiales de las Fuerzas Armadas (COFAS). (Ver recuadro).

¿Pero qué país se imaginan otros actores relevantes del entramado social uruguayo? NOTICIAS consultó a varios protagonistas para conocer qué imaginan del próximo quinquenio y algunos años más allá.

La política laboral. Fernando Pereira, presidente del PIT-CNT, habló de la necesidad de una relación adecuada con Lacalle Pou. “Ganara o perdiera es un actor protagónico de la política uruguaya”, dijo. Y para Pereira es vital conocer de primera mano las propuestas y promesas del próximo mandatario hacia los trabajadores sindicalizados.

El titular de la central sindical hace suya una frase que le escuchó al propio Lacalle Pou tras perder las elecciones en 2014 y que le pertenece a Wilson Ferreira: "Al país todo, al gobierno lo que se merezca". “Parto de la base que anunciar conflictividad antes de empezar a gobernar es errático, y descartar conflictividad a priori también es errático”, adelantó.

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"Hay que esperar que el candidato nos dé sus propuestas referidas a los consejos de salarios, referidas al presupuesto nacional, que nos comente un poco el contenido en la Ley de Urgencia y cuáles son los temas que va a contener, sobre los derechos que los trabajadores hemos conquistado, cuáles va a mantener y cuáles no y por qué. En función de todo eso, se verá”, dijo Pereira.

A él no le gusta basar relaciones en prejuicios, dice. “En la campaña todos tiraron munición pesada -o liviana a nivel mundial, pero que acá parece pesada- y señalan que el otro es un ogro. Después hay que ver qué políticas efectivamente va a llevar adelante. Si fueran las políticas de los años ‘90 te diría que estaríamos en conflicto todo el período. Pero parto de la base que Lacalle Pou tiene poco que ver con Lacalle Herrera”, sostuvo.

Fernando Pereira vería con buenos ojos que el ministro de Trabajo sea el líder del Partido Independiente, Pablo Mieres, como escuchó por ahí.

En lo que Pereira (y el Pit-Cnt) están más alerta es en los eventuales cambios en la ley de negociación colectiva. “Hay uno que es fundamental, trascendente. Si se van a fijar los aumentos generales de salarios o no dentro de la ley de negociación de los consejos de salarios, que es como se hace desde 1949: se fijan los mínimos por categoría, y hay un ajuste general de salarios, un porcentaje de aumento semestral o anual que tendrán los trabajadores. Si eso no se fija en modo tripartito, el salario va a caer irremediablemente para los grupos de menos poder sindical. Entonces, lo va a encarar la central”, advierte.

En esto tendrá que lidiar el próximo gobierno, porque tendrá la presión de las cámaras empresariales que pretenden seguir las recomendaciones de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) y estudiar empresa por empresa, y no aumentos generales por rubro. Al respecto, Julio César Lestido, presidente de la Cámara de Comercio y Servicio, dijo a NOTICIAS que es vital cumplir el convenio al que adhirió Uruguay en la OIT. “Lo que nosotros decimos es: la ley actual (de negociación colectiva) se aparta de lo que dice la OIT. Cuando vimos que había un apartamiento de la ley, hicimos un reclamo, y la OIT nos dio la razón, no estábamos equivocados. A la prueba está que la OIT le dice al Estado uruguayo: ‘Señores, hagan estos cambios para estar de acuerdo al convenio que firmaron’”. (Ver recuadro).

Lestido dijo que algunos cambios satisfacen a la cámara y otros no. “La OIT establece bien claro que los gobiernos son quienes fijan los salarios mínimos. Y está bien, tiene que ser así, para que no haya desbordes. Que se establezca un salario mínimo y nadie pueda ganar menos que eso. Segundo, las categorías. Tiene que haber una categoría base, pero no pueden quedar establecidos de antemano los ajustes salariales por categoría. ¿Por qué? Nosotros entendemos que lo justo es analizar empresa por empresa. Cuando la empresa no tiene un sindicato, ¿cómo hace? Usted tiene una empresa y usted no tiene un sindicato de los trabajadores de su empresa. Entonces -según el Pit-Cnt- para negociar lo va a tomar el sindicato de rama. Eso no es lógico”.

"Los trabajadores de una empresa no tienen sindicato pero eligen a uno y deciden que los represente Juanito, póngale. Y ahí les dicen: ‘No, los tiene que representar el sindicato de la rama’. No está bien, tiene que ser por empresa porque yo de repente tengo un almacén o un supermercadito chico y a ese lo representan los supermercados grandes, y la situación no es la misma. Yo de repente tengo un almacén en el norte del país y la situación es totalmente distinta a un supermercado de grandes superficies en Montevideo, o en el este en alta temporada. Y le fijan cosas, obligaciones, que el almacén del norte no puede cumplir porque su sindicato de categoría negoció eso. Pero no le da el tamaño de la empresa para cumplir, ¿me entiende?”, dice Lestido.

Fernando Pereira, titular del Pit-Cnt, retruca. “Tanto no es así que hoy laudan diferente el almacén, el minimercado y el supermercado grande. Esto lo saben todos. Es cuento chino. Quieren discutir empresa por empresa porque donde tenés sindicatos débiles, te rompen. Cuando vos discutís por rama, fijás los mínimos de categoría. Si yo ese mínimo no lo fijo para la rama completa, primero se puede producir una competencia desleal, y lo segundo es que los trabajadores, por una misma tarea, en la misma rama, van a tener mínimos de categoría diferentes. Es lo que pasa en Chile y hubo explosión social”.

Julio Lestido cree que, a juzgar por lo que ha escuchado a Lacalle Pou y sus asesores en temas laborales, sus inquietudes serán atendidas y seguramente se modifique la ley para negociar empresa por empresa y no por categoría. “Piensan como nosotros, por lo que han manifestado. Lo han dicho. Lacalle ha sido muy claro, no quiere eliminar los consejos de salarios, y nosotros tampoco. Tampoco quiero que la gente gane menos. Si yo tengo un comercio, quiero que la gente gane mucho y me venga a comprar a mí. Pero tienen que haber otras medidas que nos permita ser más flexibles. Porque si soy un supermercado chico y me agarra el sindicato de rama, me mata. Entonces no tomo personal”.

Pereira, curiosamente, también es optimista de llegar a un acuerdo con el próximo gobierno para beneficio de los trabajadores. Para evitar el camino chileno, el pope de la central sindical entiende que el mandatario electo tendrá que pensar en alternativas. “Uruguay y su presidente tienen que elegir un camino sabiendo que hay un país en dos mitades. Esto lo tiene que estar sopesando el presidente electo, porque lo conozco y es una persona inteligente. Contrariamente a lo absurdo que se dice, es una persona que medita, entonces todas estas cosas tienen que estar arriba de su escritorio hoy mismo. Yo no voy a subestimar a Lacalle pensando que va a venir con una reforma laboral a lo brasilera bajo el brazo, porque no lo creo”.

La economía estúpido. El economista Ignacio Munyo cree que el próximo gobierno deberá encarar “reformas estructurales” imprescindibles para “retomar el crecimiento económico que ha estado ausente en los últimos años”.

"Uruguay hace años que no crece, la inversión hace cinco años que cae, más de cinco años que cae el porcentaje del PBI. En este contexto, respecto a la deuda pública que tiene el país -a niveles cercanos al 70% del PBI-, si en los próximos cinco años no se hace nada y si pasivamente siguiéramos como hasta ahora con el 5% de déficit fiscal, alcanzaría niveles de 95% según la proyección dinámica de deuda que hacemos nosotros en el escenario actual. Se haría difícil de mantener”, dijo a NOTICIAS.

Munyo entiende que "la parálisis no es una receta posible" y en caso de seguir así, Uruguay perdería el estado actual que tiene en los mercados financieros internacionales. "Hay que reducir el déficit fiscal y que vuelva el crecimiento. Ambas cosas, una sola no alcanza”, dice. Claro, el tema es cómo lograrlo. “Lo fácil ya se hizo: la reducción fiscal del gasto ya se hizo, que es cortar las inversiones públicas. Este gobierno redujo un 30% en términos reales sus inversiones públicas, y eso frenó el crecimiento del gasto, que igual siguió creciendo. Igual creció un 8% en términos reales. y el déficit fiscal aumentó de 3,5 a 5%, en gran parte porque este gasto no pudo ser compensado con el aumento de la recaudación, a pesar de la suba de impuestos que tuvimos durante todo este gobierno”.

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Para el economista, el camino no puede ser la suba de impuestos. “Creo que es un camino contraproducente, porque estamos en una economía que no crece, con un sector privado que no invierte, con un consumo que está cayendo. Entonces, subir los  impuestos no hace más que reducir la actividad, reducir más la inversión y la suba de impuestos no asegura que aumente la recaudación más allá del corto plazo, porque a largo plazo, cuando uno hace las cuentas, hasta puede terminar recaudando menos de lo que tiene recaudado tras la suba de impuestos”, dijo.

Respecto a la solución, Munyo no tiene dudas: una baja del gasto, diverso, según los lugares del Estado de que se trate.“Hay que ir -señala- por el lado de los gastos. Lo que hay que tener claro es que hay que ejecutar, por lo menos en el primer año (sin presupuesto propio), menos de lo que ya está aprobado. En cada oficina, en cada repartición, hay un presupuesto de 100. Bueno, hay que ejecutar 95 y ahorrar 5 en cada oficina. En algunas será en gastos de papelería, en otras será en locomoción, en otras será en contratos, en otras no llenar vacantes cuando se jubilen personas.

El experto dijo que no estaba hablando, específicamente, del recorte prometido de 900 millones de dólares por Lacalle Pou en campaña. “Respecto a ese recorte, no puedo decir que es imposible, ni puedo afirmar que se vaya a poder hacer”.

Munyo también habló con NOTICIAS sobre las afirmaciones del ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, respecto a que había estudiado los números, hecho los cálculos, y no le cerraba ese recorte, sin afectar las áreas de salud, seguridad y educación.

“Es obvio y natural que Astori diga eso. Él ya lo intentó, porque este gobierno ya intentó hacer un ajuste. Tiene que venir alguien nuevo: debe ser una microcirugía oficina por oficina (del Estado), con el compromiso de gastar menos de lo que ya está asignado. Para eso se necesita un compromiso de gobierno y de cada uno de los que vaya a asumir en los nuevos cargos.

"Creo que se puede. Se tiene que poder”, remarcó.

Por su parte, la secretaria ejecutiva de la Unión de Exportadores del Uruguay, se mostró optimista de llegar a acuerdos con el próximo gobierno, tal como los logró con el actual. “Tenemos que trabajar juntos por la competitividad, hay que continuar mejorando la competitividad”, dijo Teresita Aishemberg a NOTICIAS.

Esto es, enumeró: seguir trabajando en mejorar la infraestructura, mejorar el acceso a los mercados para las pequeñas y medianas empresas, seguir trabajando en reducir la burocracia y en la digitalización de algunos trámites. “Tenemos que hacer un esfuerzo muy grande en bajar los costos país. Me refiero a áreas como el combustible, el sector energético, tenemos costos de transacción que son los trámites, que a veces no están señalizados”, se lamentó.

Obsesión: competitividad. En el objetivo de favorecerle el escenario a las Micro, medianas y pequeñas empresas (mipymes) y mejorar la competitividad, Aishemberg tiene un socio en Lestido, presidente de la Cámara de Comercio y Servicios. “Después de una encuesta que hicimos entre empresarios en 2017, supimos que los cinco ejes temáticos a priorizar son: relaciones laborales, seguridad, informalismo, competitividad e innovación y tecnología. Son los temas de mayor preocupación para el comercio”, dijo Lestido.

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El compromiso de la cámara, dijo, son los micro, pequeños y medianos comerciantes, que constituyen en 97% de las empresas en Uruguay. “Por supuesto que también nos preocupa el gran comerciante, pero ese se defiende solo. La mipymes no tienen la fuerza, las mismas herramientas (que las grandes), tienen otra presión fiscal, las tarifas les resultan altísimas y no son escuchadas. A veces ven a la cámara como que somos una élite de grandes empresarios. Error: el 97% son mipymes, las grandes empresas no necesitan a la cámara”.

Aishemberg dijo que la Unión de Exportadores ha trabajado muy bien con este gobierno de Vázquez y celebró la llegada de Uruguay Transforma, un proyecto dependiente de la OPP y Presidencia de la República, que los ha ayudado a achicar las limitaciones internas y "palos en la rueda" con que se encontraba el organismo de exportadores. “Lástima que empezaron tarde, es el único reparo”, apúntó.

"Tenemos tres grupos de trabajo: uno es Puertos, Logística y Conectividad, otro es Costos de Producir y el tercero es Acuerdos Comerciales. En esa línea van los planteamientos que le haremos al nuevo gobierno”, afirmó. Aishemberg y representantes de los exportadores ya se reunieron con Lacalle Pou en campaña y dijo que el nuevo presidente tomó nota de las inquietudes del sector. “¿Cómo me imagino el Uruguay de acá a 10 años? Será un país que seguirá trabajando por mejorar lo agrícola-ganadero, que atraerá inversiones (más allá de UPM2), que seguirá trabajando muy bien en lo que ya viene trabajando. Debe aplicar políticas de Estado en la mejora de los puertos, en la logística. Si somos un país pequeño y logramos ordenarnos, podemos llegar a ser un país modelo”, pronosticó.

Está claro: no sólo los reclamos de los trabajadores sindicalizados están arriba del escritorio de Lacalle Pou en la oficina del sector Todos en Bulevar Artigas. También están las inquietudes de las cámaras empresariales y otros tantos grupos de poder. Habrá que ver qué papeles prioriza cuando se mude a la Torre Ejecutiva.

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Meteoritos: Manini y más

Yo era uno de los que pronosticaba un triunfo amplio, por unos 10 puntos, de Lacalle Pou sobre Martínez. Me equivoqué. (Ignacio) Zuasnábar siempre aclaró que los números que daban él y otras encuestadoras daban eso, y sería así, a no ser un meteorito de último momento que cambie todo. Bueno, el video de Manini y el comunicado difundido por el Centro Militar creo que fueron esos meteoritos que cambiaron el escenario”, opina Adolfo Garcé en diálogo con NOTICIAS.

Al filo de la veda -según él, fue antes y por Whatsapp-, el ex presidenciable por Cabildo Abierto, el general Guido Manini Ríos, difundió un video dirigido a las Fuerzas Armadas en el que llamó a no votar al candidato del oficialismo. En el video, dirigido a la tropa y que fue viral el viernes 22 (ya en veda), Manini dijo que el Frente Amplio había despreciado varias veces a los soldados y recordó que José Mujica llegó a llamarlos “carne con ojos”. Si bien no pidió a los soldados que voten a Lacalle, sí pidió que no apoyen a Daniel Martínez, sin nombrarlo.

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Pero al video de Manini Ríos, le siguió algo más preocupante y clave, para los politólogos, en el cambio de postura de muchos indecisos. El mismo viernes 22 el Centro Militar difundió un editorial de la revista Nación de la Cooperativa de Ahorro y Crédito de los Oficiales de las Fuerzas Armadas. El comunicado dice, entre otras cosas: “Los marxistas finalmente se irán del poder y con ellos felizmente se irá el largo rosario de ofensas a la Constitución, el desorden y el despilfarro en todos los niveles de la administración”. Más adelante dice: “Cuando el último de los gobernantes del Frente Amplio deje el poder veremos la estela de varios crímenes cometidos contra el pasado y contra el futuro del país y nos lamentaremos una y otra vez pensando cómo fue que permitimos tanta maldad impunemente por tanto tiempo”.

Se alzaron decenas de voces desde el oficialismo criticando duramente el video del general Manini y el editorial el mismo domingo 24. El video de Manini generó molestias también en otros socios de la coalición que el domingo 24, excusados por estar en veda,  prefirieron no comentar, pero sí fustigaron el lunes 25.

“Tenemos coincidencias y tenemos matices. En esto tenemos un matiz: los temas político-electorales y los temas militares se mantienen a una prudente distancia. Lo manejaremos a la interna de la coalición”, dijo al otro día Ernesto Talvi, ex candidato por el Partido Colorado.

“Manini firmó el documento Compromiso por el País que es un documento de ejes programáticos. Sobre lo que dijo, lo leí, no lo comparto ni en la forma, ni en el tono ni en el contenido”, dijo por su parte, Álvaro Delgado, electo senador y hombre de confianza de Lacalle Pou.

Pablo Mieres, líder del Partido Independiente, fue más allá. Reconoció -como también sostuvo el politólogo Garcé, y el resto de sus colegas consultados- que las declaraciones de Manini y el posterior comunicado que difundió el Centro Militar influyeron en la ajustada victoria electoral. “El video (de Manini) y el editorial generaron un hecho político. Obviamente yo rechazo su contenido. El video de Manini me pareció inoportuno e inadecuado, porque se le habla a los integrantes de las Fuerzas Armadas poco menos que desde una posición de mando y de una postura corporativa, que no corresponde. Pero no hay en el video instigación al odio ni nada por el estilo. Sí lo hay en el editorial. Hay quienes aprovecharon, juntaron las dos cosas y operaron en redes sociales para generar un efecto miedo. Yo creo que eso influyó en el voto de alguna gente”, reconoció Mieres.

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Cambios: negociación colectiva

Los cambios en el proyecto de ley de negociación colectiva (ley 18.566) enviados al Parlamento al filo del plazo -antes del 1° de noviembre- fueron varios.

Por un lado elimina la ultraactividad de los convenios, pero no toma en cuenta uno de los reclamos de las cámaras empresariales: fomentar la negociación libre y voluntaria. También se agrega que las organizaciones sindicales deben contar con personería jurídica (hoy el Pit-Cnt no la tiene); y deroga como competencia del Consejero Superior Tripartito “considerar y pronunciarse sobre cuestiones relacionadas con los niveles de negociación tripartita y bipartita”.

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El tercer punto modifica el capítulo de la ley sobre negociación colectiva bipartita. Allí se remueve el párrafo que dice: “En la negociación colectiva de empresa, cuando no exista organización de los trabajadores, la legitimación para negociar recaerá en la organización más representativa de nivel superior”.

El cuarto ítem deroga la ultraactividad de los convenios colectivos, y deja sin efecto el inciso donde se apunta que “el convenio colectivo cuyo término estuviese vencido, mantendrá la plena vigencia de todas sus cláusulas hasta que un nuevo acuerdo lo sustituya, salvo que las partes hubiesen acordado lo contrario”.

Finalmente, el proyecto indica que “el registro y la publicación de las resoluciones de los consejos de salarios y de los convenios colectivos dispuestos por los artículos 12 y 16 de la ley (de negociación colectiva) no constituirán requisito de homologación, autorización o aprobación del Poder Ejecutivo”.

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por César Bianchi

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