Thursday 5 de December, 2024

PERSONAJES | 14-02-2022 15:09

Guido Parisier: "Tuve mucha suerte, pero a la suerte hay que empujarla"

El empresario editó sus memorias, donde recopila grandes anécdotas. Independencia de los hijos y desencanto político.

Alcanza el título para describirlo de pies a cabeza. Las memorias de Guido Parisier, reconocido empresario, se llaman “No sé todavía”. En el increíble cúmulo de anécdotas que componen su vida y este libro, la razón de esta elección es una más: mientras escribía en la reclusión de la pandemia, esa fue la respuesta que le dio una y otra vez a su mujer, Mónica, cuando se asomaba a preguntarle cómo se llamaría su obra. Pero a la vez, leyendo las historias de este hombre que atesora encuentros con figuras tan disímiles como Catherine Deneuve, Fidel Castro y René Lavand, que en una noche compró el famoso Hermitage de Mar del Plata y que fue dueño de Hippopotamus, entre otros logros diversos e impresionantes, se va tejiendo la idea de que el empuje de Parisier, aún a sus 89 años, da para mucho. Tanto, que “no sabe todavía” lo que le deparará el destino. 

Noticias: ¿Por qué llega ahora este libro? 

Guido Parisier: Hay una coincidencia de cosas. Hace más de un año mi hija me hizo un regalo: el servicio de una escritora para que me ayudara. No la llamé, pero me dejó la inquietud. También había leído hace poco la vida de Aberramán III, que se autoproclamó califa pero fue un gran triunfador, amado por su pueblo y también por sus opositores. Y en el lecho de muerte, después de 50 años de reinado, escribió que después de haber tenido tantos éxitos recuerda su vida y rescata solo 14 días de felicidad. Eso me hizo pensar un poco en los míos. Y tengo muchísimos más… Estoy viviendo cosas nuevas que quiero disfrutar y que no lo podría hacer en otra etapa. La felicidad es conformarse y disfrutar lo que uno tiene. 

Noticias: ¿En su historia cuánto hubo de estar en el lugar indicado en el momento correcto, y cuánto de tesón?

Parisier: Lo atribuyo a que tuve mucha suerte, pero a la suerte hay que empujarla. En el episodio del carnaval en el Hermitage, por ejemplo, en el que teníamos prometida una scola de Brasil pero no pudo llegar por un accidente y resultó que en un crucero en el puerto había un show brasilero que podía actuar y salvar la noche con todas las mesas vendidas, se lo atribuyo a Dios. Sin embargo, hay una marca de no darme por vencido, de seguir buscando más soluciones que traer un simple conjunto de la radio local. Fue subirse a un barco a ver brasileros y seguir insistiendo hasta lograr las cosas. El tesón me ayudó mucho. 

Noticias: Se define como liberal. ¿Cómo ve la avanzada de figuras como Milei o Espert en el congreso?

Parisier: Estoy desencantado de los políticos argentinos, y no estoy hablando de partidos. Realmente nos fue muy mal, y los culpables son los que manejaron el país. Estuve en el ’97 en Nueva York y por un billete de 100 pesos me dieron 100 dólares, y cuando hice el cambio me explicaron que valía 102, ¡más que el dólar! Hoy no creo que te den 25 centavos. Si nos detuviéramos a analizar lo que se hizo mal podríamos abrir los ojos y ver una luz. 

Noticias: ¿Volvería a involucrarse en política?

Parisier: No, tuve mi tiempo. Me costó personalmente mucho, y no quiero volver. Los que quieren volver siempre a lo mejor en vez de costar, ganaron. 

Noticias: Y si tuviera que dar unos lineamientos básicos, ¿por dónde empezaría?

Parisier: (Lee desde su celular) “La carga financiera de la administración pública no solamente deprime la actividad productiva, es un factor inflacionario que afecta la estabilidad monetaria y el desarrollo económico. Es necesario e impostergable iniciar una acción de austeridad y racionalización que permita detener el proceso de hipertrofia administrativa, tanto en el orden nacional como en el provincial y municipal. Es necesario que los que asuman el gobierno lo hagan con el convencimiento de que han sido elegidos para desempeñar un servicio a la nación y no para gozar de ventajas del poder”. ¿Quién te parece que lo pudo haber dicho?

Noticias: ¿Algún prócer?

Parisier: Fue Frondizi en 1958. Mi libro “1 más 1” recopila editoriales que escribía para Ámbito Financiero en la década del 80. Lo que me aterra es que si lo publico hoy, es actual. ¡Y pasaron 40 años! Perdimos 40 años… Y cuando veo en la TV desde hace 40 años a los mismos diciendo las mismas cosas, ya fracasaron, ya estuvieron. A la vez, vivo en un país donde en los últimos cuatro años aparecieron 11 unicornios. Es decir, empresarios que ganaron más de 1000 millones de dólares, que entre ellos duplican el pasivo que tiene la Argentina. ¿Qué hay que hacer? Dejar que nos manejen ellos por cuatro años. 

Noticias: Entre tantas salidas y encuentros, conoció a su mujer, Mónica. ¿Cómo fue?

Parisier: Una gente amiga me había invitado a la inauguración de una bôite en Champs Elysées. El dueño del lugar era el brasilero que había creado los Hippopotamus de Brasil. Él me contó de un nuevo proyecto y me comprometí con una seña del 5%. Al regreso a Buenos Aires conocí a la gente que lo estaba organizado, y en esa oficina me señalaron a la arquitecta. Ya desde lejos me pareció atractiva. Lo que me contaron del proyecto no me gustaba, pero igual quise combinar para ver la obra, porque me tenía que acompañar ella. A los dos días nos encontramos, y para seguir hablando del trabajo, en teoría, la invité a comer. El proyecto era absurdo, todo era un disparate salvo Mónica. Lo cambié totalmente y hoy le hago el chiste de que la conquisté para no pagar honorarios, aunque terminó siendo más caro… 

Noticias: Tuvieron tres hijos, Gastón, André y Michelle. ¿Trabaja con alguno?

Parisier: No, trabajé toda mi vida en su formación y me he preocupado mucho porque tengan independencia. Cosa que tienen, son los creadores de Big Box, que hoy está en cinco países y llegando a España con mucho éxito. En todas mis acciones traté de que los protagonistas sean ellos. Me sentí siempre identificado, comprendido y apoyado por mi papá, y es lo que traté de replicar. 

Noticias: ¿Por dónde pasan hoy sus alegrías?

Parisier: Fue variando. Como variaron mis juegos, recuerdo que de chico disfrutaba los que me enseñaban o marcaban mis padres. Fui creciendo cuando cambié de juegos y decidía solo. Los años me han sacado de la actividad física, donde practiqué casi todos los deportes, y me llevaron a jugar cartas con mis amigos. Juego mucho al bridge, he tenido mesas por todo el mundo. No sé si soy bueno, pero tengo suerte (ríe). 

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Vicky Guazzone di Passalacqua

Vicky Guazzone di Passalacqua

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