Taty Wust llega a la entrevista con la misma energía luminosa que transmite en redes. Cercana, divertida, sin vueltas. Se acomoda en uno de los livings de Casa Lucía -el hotel de lujo cuya elegancia fue el escenario ideal para las fotos- y propone, sugiere, se ríe. Está cómoda frente a la cámara, pero también en su piel: la misma que muestra sin filtros en Instagram, con ojeras, cara de cansada o lo que toque ese día. Porque si algo aprendió en estos años, es que no hay mejor maquillaje que la autenticidad.
Maquilladora, cosmiatra e influencer, Wust supo transformar el espacio íntimo del tocador en una plataforma para escuchar, contener y conectar. Así nació WoManada, un festival que ya lleva dos ediciones y que crece con fuerza como punto de encuentro entre mujeres de distintas edades. "Quiero que sea un Lollapalooza femenino", dice entre risas, aunque detrás del chiste late un deseo real: construir comunidad, correr el velo de los mandatos y habilitar espacios donde se pueda parar la pelota, jugar, llorar, compartir.
Noticias: Va por la segunda edición de WoManada, ¿cómo nació la iniciativa?
Taty Wust: Hicimos la segunda edición en abril con casi 500 mujeres. Después de 20 años de dedicarme al mundo del beauty y estar entre mujeres, hacía tiempo que tenía ganas de hacer algo así. La edición del año pasado duró tres horas y estuvo espectacular, así que pensé que quería escalar eso, porque soy consciente del espacio que necesitamos las mujeres. Nos cuesta hacernos el tiempo, delegar un montón de cosas, sentimos siempre que somos imprescindibles. Y mientras el hombre tiene la cancha de fútbol para juntarse, ¿qué tenemos nosotras? Nada. Y quise hacer algo para que eso cambie. Pero en esta segunda edición no lo quería hacer sola, porque son un montón de decisiones y es mucha responsabilidad. Ahí apareció Flowy Güenzani y empezamos a soñar más en grande.
Noticias: ¿Qué escalaron?
Wust: El primer evento fueron tres horas, este fue de seis. Y ahora fue más festival, porque todo sucedía a la vez. Ibas eligiendo y armando tu propio camino. Fue muy conmovedor, porque no era solamente juntarnos a maquillarnos o a bailar, se tocaron también temas muy profundos. Fue como parte de la vida misma, porque se habló de beauty y también de traumas y dolores.
Noticias: De hecho, es para mayores de 18 años...
Wust: Lo que buscamos era que las que vengan no traigan a sus hijos, porque se tendrían que ocupar de ellos. Y la verdad es que así no se disfruta. Quisimos que el momento fuera solo para las mujeres, que no se tuvieran que ocupar de nada más. Y a nosotras eso nos cuesta, entonces fue una forma de hacerles un favor. Aunque cuando terminó el evento pensamos que quizás se puede compartir con una hija de 15...
Noticias: ¿Siente que cada vez necesitamos más este espacio de manada y tribu?
Wust: Absolutamente. Cuando nos juntamos muchas mujeres, hay una energía especial. Hay algo que surge de mucho compañerismo. Es difícil de explicar, porque está también el prejuicio de que somos complicadas y siempre competimos, pero después te das cuenta de que en espacios así, de más multitud, se genera algo de mucho compañerismo, empatía y hasta compasión con la que está al lado. Es lindo poder compartir, mirar a la de al lado como una compañera, no como competencia.
Noticias: El momento del maquillaje puede ser una instancia casi de confesión, ¿cómo entabla esas relaciones?
Wust: Es totalmente así. El grado de intimidad cuando vas a maquillar es enorme. Y no solo maquillás novias, también gente que tiene un evento o se hace fotos. Compartís mucho y se abren un montón. Además, soy cosmiatra y atiendo todos los días a muchas mujeres, y siempre digo que hago ejercicio ilegal de la profesión de psicología. Hay algo que se va trazando a lo largo de los años y nunca se mueve: la necesidad de ser escuchadas y de que alguien nos mime. Las mujeres, más allá de ser o no madres, siempre estamos cuidando a alguien. Entonces ese momento en el que te vas a maquillar o te vas a hacer un tratamiento va mucho más allá de lo estético, es propio. Y siempre pienso qué loco cómo nos cuesta hacernos ese lugar.
Noticias: ¿No diría que las nuevas generaciones están dejando ese mandato de lado y se están priorizando más?
Wust: Sí, tienen muchos menos mandatos, prejuicios y vergüenza. Tengo hijos adolescentes de 22, 19 y 13 años y aprendo un montón de ellos, me bajan línea todo el tiempo. No les importa si se les escapa un rollito cuando se están poniendo un pantalón, la moda es mucho más relajada, pueden comprarse ropa vintage de los 70 y mezclarla con ropa de ahora. Siento que ganaron un montón, y en cambio nosotras seguimos atrás, que el botox, la cana, el maquillaje, el cuerpo, las manos, el gimnasio, comer sano... Y todo eso también ocupa espacio en tu cabeza y te saca tiempo. No tenemos por qué vivir tan invadidas ni tan obligadas. Es un camino difícil y pretendo que este festival ayude a parar la pelota y pensar qué queremos y dónde estamos, qué nos hace bien o mal.
Noticias: ¿Es lo mismo que busca transmitir en sus redes?
Wust: Sí, en mis redes, por ejemplo, jamás uso filtro. Y tengo muchos días en los que me levanto y pienso que lo usaría... Pero es parte de aceptarme como soy, con la edad que tengo, con las manchas de los embarazos y de la edad, con las ojeras. Es lo que es.
Noticias: En ese sentido, ¿cómo se maneja con las marcas?
Wust: Digo un montón que no. Y me cuesta, porque es un trabajo y un ingreso, pero cuido mucho qué sí y qué no. Hay marcas que siento que transmiten un mensaje engañoso o que no me gusta o no me interesa compartirlo. Cuesta, pero las marcas en el fondo también lo agradecen, porque a nadie le sirve decir algo que no es real. Solemos entendernos, y si no, quedan afuera.
Noticias: El dilema es que siempre hay otros influencers que sí lo hacen...
Wust: Y a veces me da bronca... Entiendo que cada uno hace lo que puede y lo que quiere, porque esto es un negocio también. Pero creo que las promesas mentirosas dañan un montón. Y lo pienso mucho como madre también. Siento una responsabilidad absoluta con lo que comunico. Muchas veces me callo cosas porque sé que lo que diga va a tener impacto. Trabajo mucho en mí, para que lo que quiero comunicar se entienda, y para que lo que no quiero decir también se entienda por qué no.
Noticias: ¿Y qué opina de los rellenos y los distintos tratamientos estéticos? Eso también se ve mucho en redes...
Wust: Cada una hace lo que quiere y, en el fondo, lo que puede. La inseguridad es para todas, porque aunque tengamos más de 40, no vivimos aisladas y las cosas nos afectan. Todas queremos vernos lindas y mejor, y está buenísimo. Una sola vez me puse botox hace unos años, pero me sentí rara y no me gustó. No digo que nunca más lo haría, pero ¿qué tiene de malo si tengo una arruga? De base, no me quiero cambiar la cara. Y me gusta que las generaciones más jóvenes, y sobre todo mis hijas, vean que no es malo envejecer. Significa que estás viva.
Noticias: ¿El mejor maquillaje sigue siendo una buena piel?
Wust: Absolutamente. Y hubo una gran inversión en el skincare en los últimos años. Lo cual está bueno, porque la gente tiene más conciencia del cuidado, sobre todo del sol y de que la piel esté hidratada. Pero, a la vez, las chicas empiezan temprano con esta búsqueda. Tengo amigas que me consultan porque sus hijas de 8 años quieren comprarse algo, y mi respuesta es siempre no, nada. Ahí hay una puja entre las redes sociales, que invaden a los niños, y lo que necesita una chica de 8, 10 años. No lo necesitan y les puede dar una reacción alérgica, pero además a nivel psicológico es grave.
Noticias: ¿Sueños, ambiciones, proyectos? ¿Qué se viene?
Wust: Se viene la tercera edición de WoManada este año. Quedamos súper contentas con el resultado y la idea es hacerlo crecer en cantidad de gente e incluso dentro del país y en otros países. Queremos primero hacerlo bien fuerte en Buenos Aires y después empezar a llevarlo a otras provincias. Y hasta puede haber otras ramas y actividades que se desprendan y se complementen con esto. Queremos que vengan miles y miles de mujeres.
Noticias: ¿Qué quedó de la Taty que estudiaba musicoterapia?
Wust: Me costó mucho encontrar mi vocación. Empecé a estudiar varias carreras, una de ellas musicoterapia. Me encanta la música de toda la vida, toco la guitarra, me encanta cantar. No fue un error esa carrera, está alineada con lo que soy, pero cuando descubrí el maquillaje entendí. Primero trabajé muchos años como empleada pública mientras estudiaba. Luego me casé muy joven, fui mamá a los 22. Y cuando estaba de licencia por maternidad con mi segunda hija, pensé en hacer algo que me distraiga. Y me encantó, solo que no pensaba que podía hacerlo como profesión. Mis papás, más serios, no entendían, "¿pero eso es un trabajo?". Empecé en revistas y luego con lo social y más tarde también con cosmiatría. Tengo un alma muy emprendedora, me gusta lo nuevo, me innovar, me gusta probar. Y WoManada sintetiza un poco todo este camino.




















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