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PERSONAJES | 15-08-2020 11:52

Valeria Schapira: “Siempre pagué costos por ser quien soy”

Es una comunicadora multiplataforma y acaba de lanzar el libro “Hola 50”. Espiritualidad, vulnerabilidad y potencia. Feminismo y el culto a la empatía.

Llegó a Buenos Aires desde Rosario a los 34 años, recién divorciada y, pala en mano, se edificó una carrera. En su CV figuraba que era licenciada en Comunicación, traductora pública de inglés y que había hecho un posgrado en Radio y Televisión en Inglaterra gracias a la beca The British Council, además de que llevaba una docena de años trabajando en medios. Valeria Schapira se insertó en la televisión, hizo unipersonales y fue “experta en vínculos” de la web de citas Match.com. A fines de 2018, tras la pérdida de su amado Joy, su perro Golden, creó #ViajoSola, un proyecto multimedia (radio, podcasts, web y diarios). Tiene publicados doce libros. El último es “Hola 50” (Ediciones Urano) en donde combina su propia experiencia al inaugurar en febrero la quinta década con una investigación periodística que abarca de manera integral las distintas aristas de la cuestión. Detrás de una sonrisa que empieza en la boca y termina en lentes puntudos, hay una imperiosa necesidad (y placer) de poner en palabras. Y, como repetirá una y otra vez, de que eso le sirva a alguien. 

Noticias: ¿Fue una necesidad organizar en un libro la experiencia de cumplir cincuenta?

Valeria Schapira: En realidad yo no quería escribir porque estaba viajando con #ViajoSola pero me llamó la divina de Georgina Dritsos, de Ediciones Urano, con quien ya había trabajado, me propuso este tema y me pareció muy convocante. Además se nutre de la investigación periodística, que es el plus. Así que me hice un hueco entre viajes. Soy muy anárquica para laburar pero después termina todo confluyendo de una manera muy mágica, me pasa en todos los órdenes de la vida, todo va encajando.

Noticias: ¿Tendrá que ver con su búsqueda interior?

Schapira: Es que yo empecé mi camino espiritual hace un montón, porque básicamente sentía que todo tenía que tener un sentido, un para qué. El gran cambio fue en la época de “Dolores del alma” (2015), cuando tuve lo que llaman “la noche oscura del alma” a partir de un episodio sentimental. Aunque habían pasado cosas más terribles en mi vida, hasta ese momento no había sido mi tiempo de hacer este “switch”.

Noticias: No hace tanto de eso.

Schapira: No, ojalá hubiera sido antes. Pero mirá, ojalá que lo que yo diga le sirva a alguien para despertar. No hay un tiempo de evolución. Lo que me está pasando hace ya mucho es que tengo la necesidad de exprimir la vida como a una naranja. Y en esto de vivir cada día como si fuera el último me terminó de poner el moño el budismo. Pero no es que fui a un templo budista, me puse a meditar y me iluminé.

Noticias: ¿Cómo fue?

Schapira: Pasó lo de este hombre, quedé como en carne viva, y a partir de ahí me di cuenta de que había hecho terapia treinta años pero que tenía que ahondar en otras cosas. Empecé con una maestra taoísta y a meditar con la gente de budismo Kadampa. Hice muchas terapias: mi árbol genealógico, me fui a Letonia a buscar los orígenes familiares, cambié de alimentación, hice constelaciones familiares, memoria celular, aprendí a dar reiki, ahora estoy trabajando con cuestiones de física cuántica. 

Noticias: ¿Cómo es eso que dice que los libros de autoayuda deberían llamarse “de empatía”?

Schapira: Es que sí, yo no sé escribir de otra manera que no sea en primera persona, siempre he sido absolutamente autorreferencial pero no por ego, lo hago para que la gente se pueda sentir identificada porque detrás de alguien que ves contenta y poderosa como yo, no podés presumir que hay una mina destruida porque se murió su amigo, su perro. 

Valeria Schapira

Schapira viene compartiendo su “estar en carne viva”: Hace unos días contó en una columna su historia de trastornos de alimentación, en el libro “Adiós” habló de su dolor profundo por la pérdida de su perro, en “Dolores del alma” exploró el desamor y el suicidio de su madre seis meses después del fallecimiento de su padre, cuando ella tenía 25 años, y en “Hola 50” señala la contradicción de ser experta en vínculos pero no haber logrado aún una pareja como la que desea. Cuando escucha esa enumeración, se emociona. 

Noticias: ¿Tuvo costos compartir tanta entraña?

Schapira: Siempre pagué costos por ser quien soy. En este momento lo hago porque lo necesito para sanar. Ahora es cool que yo me desnudara (en 2012 para Interviú) pero yo no me desnudé para buscar publicidad, lo hice porque me sentía el patito feo y hacer fotos con los mejores fotógrafos que además me veían linda… Escribir “Dolores del alma” contando el suicidio de mi mamá fue sanar. Después de treinta años, haberme animado a escuchar un casete con la voz de ella y contarlo (en sus redes sociales) es decir: “Si tenés a tu mamá viva, preguntale de dónde viene porque algún día no la vas a tener más”, sin que esto sea victimizarse.

Noticias: Es tranquilizador mostrar tanto la vulnerabilidad como la potencia para ir para adelante, ¿cierto?

Schapira: Creo que no es casual que estemos hablando de vulnerabilidad. Al final, lo que traté de sacar por vergüenza, por miedo a no ser querida y aceptada, eso es lo que me lleva a la carne viva. Yo no quiero ser una caricatura de mí, el hombre que me ame tiene que aceptar que soy esta: la que se emociona y se pone a llorar, la que ve un perro en la vereda de enfrente y se cruza a acariciarlo, cosas por las que la gente puede pensar que estoy loca. 

Noticias: A los 50, ¿ya no importa esa mirada ajena?

Schapira: Exactamente, a mí siempre me trataron como loca, yo era la oveja negra de la familia. La verdad es que siempre hice lo que se me cantó, he pagado precios y los pagaría otras mil veces. Me puedo morir mañana que todo lo que quise, lo hice. Y hay cosas que me gustarían pero no las decido yo, como ese amor especial que quiero para mi vida.

Noticias: Sostiene que uno siempre elige. ¿Eso es así pese a vivir en una crisis económica y en medio de una pandemia?

Schapira: Sí, yo estoy tan agradecida por la mujer que soy, por todo lo que tengo y todo lo que he sabido construir que no puedo no estar feliz aunque haya una pandemia. Eso no quiere decir que no vea lo que pasa afuera. Voy al supermercado y le compro comida a la gente que está en la calle, lloro cuando veo un perro abandonado, quisiera hacer un poco más de lo que hago para cambiar el mundo. No vivo en una nube de pedo porque para mí la espiritualidad es conciliar lo que ocurre afuera con tu evolución y tu conciencia de que no sos solo materia

Noticias: También fue construyendo su propia empresa, no en el sentido de venderse sino en el de ser el motor de sus proyectos laborales.

Schapira: Pero tiene que ver con venderme también y con que las mujeres perdamos el miedo a hablar de plata. Sabés cómo llegué yo a Buenos Aires… yo espameaba (mandaba correos a bases de datos) columnas mías de vínculos a los 16 o 17 años, hasta que alguien me vio y me dijo por qué no escribís “Hombres, manual de la usuaria”. Todo eso me lo armé solita, laburando en un canal de Rosario donde se reían de mí. Cuando saqué “Hombres…”, me han puteado por la calle: “Vos, feminista no sé cuánto”. Ahora es re cool hablar de las mujeres que se desnudan, de las empoderadas, es cool ser feminista y está de moda, y no quiero con esto generar una polémica con las feministas, pero ser feminista hace veinte años era otra historia

Noticias: Habla de “las feministas”, ¿no se considera una?

Schapira: ¡Sí! Creo que feminista es toda mujer que defiende el derecho de las mujeres, me saco el sombrero con lo que hacen porque todo suma, para mí no hay antis, pero lo único que les pido a las más jóvenes es que también hablen de las mujeres grandes discriminadas en los medios por viejas o por gordas, porque eso sigue sucediendo. En Argentina disfrazamos todo con una cordial inclusión que no es tal. Ahora hay un poquito más de pilchas pero yo me sigo trayendo la ropa de afuera porque los jeans de acá no me entran y las zapatillas para mi número (41.5) son pocas. Nos llenamos la boca con una inclusión que es de mentira y hay un montón de gente sufriendo detrás, mirás mis redes y vas a ver los comentarios de las mujeres agradeciendo por ponerlo en palabras. No me considero la vocera de nadie pero sé que no todo el mundo tiene estas agallas.

Noticias: ¿El miedo a la edad tiene que ver con el miedo a la muerte?

Schapira: Es parte de la negación colectiva. Tengo 50 años, me siento una mujer plena, con las mismas ganas de coger o más que antes, estoy muy contenta con quien soy. Ahora, el “edadismo” es la principal causa de discriminación en el mundo. ¿Qué hay detrás del “viejo de mierda”? El miedo a llegar a esa edad y estar más cerca de la muerte. Pero todos los días estamos más cerca de la muerte

 

 

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Valeria García Testa

Valeria García Testa

Periodista.

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